Que no es la vida si no una continua paradoja.
Hoy, tenemos casas más grandes y familias más pequeñas;
más comodidades, pero menos tiempo;
más licenciaturas, pero menos sentido común;
más conocimientos pero menos juicio;
tenemos más expertos, pero más problemas;
más medicinas, pero menos salud;
gastamos sin medida, reímos demasiado poco y conducimos demasiado rápido.
Nos enfadamos rápidamente, leemos muy poco,
vemos demasiada televisión, le damos demasiado al whatsapp y apenas reflexionamos.
Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducidos nuestros valores.
Hablamos demasiado, amamos muy poco y mentimos con demasiada frecuencia.
Hemos aprendido a buscarnos la vida, pero no a vivir,
hemos añadido años a la vida y no vida a los años;
tenemos más edificios altos, pero temperamentos más cortos;
autopistas más anchas pero miras más estrechas.
compramos más y lo disfrutamos menos;
hemos ido a la luna y regresamos,
pero nos cuesta cruzar la calle para saludar a nuestros vecinos.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior,
hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar;
tenemos mayores ingresos pero no más moral;
construimos, más y más ordenadores para guardar, más y más información,
pero tenemos menos comunicación,
estamos largos en cantidad, pero cortos en calidad,
más entretenimiento pero menos diversión;
más tipos de alimentos, pero menos nutrición.
Dos ingresos, pero más divorcios,
casas estupendas, pero hogares rotos,
la vida es una cadena de momentos de felicidad no todo es supervivencia,
ponte tus mejores galas y no guardes tu mejor perfume,
úsalo cada vez que quieras y lo sientas,
no permitas que tu vida sea una continua paradoja.
Vicente Huerta.