Para muchos es el Miguel Ángel del siglo XXI. Sus creaciones están por todo el mundo decorando grandes catedrales, y magníficas capillas como la “Redemptoris Mater” del Papa en el Vaticano o la sacristía mayor y sala capitular de la catedral de la Almudena en Madrid .
Es un artista convencido de que el arte es el mejor medio para transmitir la fe. No hace decoración, sino arte litúrgico para inspirar la fe y suscitar veneración. Su obra es una gran catequesis materializada a través de la técnica del mosaico.
Utilizando diferentes materiales: piedra, mármoles, granitos,
esmalte (una mezcla artificial hecha para los mosaicos), que
provienen de diferentes partes del mundo como travertino claro de Italia, ónix
de Afganistán, travertino rojo de Turquía, blanco de Grecia, etc…, Rocas
opacas y lúcidas, pobres y ricas, preciosas y simples, de colores intensos
brillantes y de colores pastel. Y todo ello colocado a la perfección dando
sentido a todo el conjunto.
Cristo se refiere a sí mismo como Dios aproximadamente 50 veces en las Sagradas Escrituras. Asimismo, los Evangelios muestran las reacciones de quienes se oponían a Jesús tras afirmar ser Dios o igual a Dios (por ejemplo en Marcos 14: 61-62: “El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios”).
Si Jesús nunca hubiera hablado como Dios ¿por qué algunas personas se molestaron tanto con Él hace 2000 años hasta el punto de crucificarlo? Cristo fue condenado a muerte, porque lo consideraban blasfemo al referirse a sí mismo como Dios.
2. Todos adoramos al mismo Dios
Solo existe un Dios único y verdadero porque Él mismo lo afirmó (Dt 4:39, Isaías 43:11, 45: 5), sin embargo, no todo el mundo lo reconoce. Debe también señalarse que ninguna deidad pagana ha hecho una afirmación así.
A pesar de que suena políticamente correcto que todas las personas adoran al mismo Dios, es teológica, histórica y antropológicamente incorrecto. Fuera de la tradición judeocristiana, las deidades son impotentes, celosas, caprichosas, comedidas, hedonistas, egoístas, tremendamente emocionales y tiene una débil preocupación por los asuntos humanos. El Dios judeocristiano es el amor mismo.
3. Todas las religiones son iguales
Esta creencia está conectada el punto anterior, y por lo tanto, es incorrecta. Algunas religiones son violentamente la antítesis de todas las demás expresiones religiosas. Algunos requieren el sacrificio humano, conductas inmorales a la que se consideran virtudes o proponen “textos sagrados” que son ilógicos y contradictorios. Es imposible sugerir que todas las religiones son iguales.
Cristo nos dice que Él es el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14: 6). El Dios judeocristiano se presentó a su pueblo y les enseña porque los ama (Hechos 4:12). Ninguna otra religión hace tales afirmaciones. La salvación solo viene de Cristo y no de Mahoma, Buda o Joseph Smith. El culto le pertenece por derecho solo a Yahvé, que es el gran YO SOY (Ap 4:11).
Existen diferencias irreductibles entre el cristianismo y el judaísmo como la encarnación, la pasión y resurrección. Podemos extender esta lista de incompatibilidades al considerar las religiones paganas. Sin embargo, muchas demandas éticas a través de las religiones pueden ser iguales o al menos compatibles. Esta no es una extraña coincidencia, por el contrario, si el único Dios está llamando a toda la humanidad, entonces Su marca será dejada sobre varias respuestas a la llamada.
Cena de despedida y agradecimiento para los colaboradores del Campurb
El Campurb de este año a resultado ser un éxito como cada año, gracias a Santa Paula Frassinetti (Protecctora del Campurb) y gracias también al esfuerzo de D. Antonio, nuestro párroco y Teresa (Religiosa Dorotea), del grupo juvenil Ansuiña y todos los demás colaboradores que se prestan generosamente, durante una semana de cada verano, a hacer realidad el proyecto de crecimiento en valores humanos y de fe cristiana, para todos los niños de Vilanova y que desde hace más de veinte años se viene realizando en nuestra parroquia.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13,44-52:
"La Eucaristía es la perla preciosa que hemos encontrado"
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra. El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?»
Ellos le contestaron: «Sí.»
Él les dijo: «Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»
Palabra del Señor
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Evangelio Comentado por: José Antonio Pagola Mt 13,44-52
LA DECISIÓN MÁS IMPORTANTE
El evangelio recoge dos breves parábolas de Jesús con un mismo mensaje. En ambos relatos, el protagonista descubre un tesoro enormemente valioso o una perla de valor incalculable. Y los dos reaccionan del mismo modo: venden con alegría y decisión lo que tienen, y se hacen con el tesoro o la perla. Según Jesús, así reaccionan los que descubren el reino de Dios.
Al parecer, Jesús teme que la gente le siga por intereses diversos, sin descubrir lo más atractivo e importante: ese proyecto apasionante del Padre, que consiste en conducir a la humanidad hacia un mundo más justo, fraterno y dichoso, encaminándolo así hacia su salvación definitiva en Dios.
¿Qué podemos decir hoy después de veinte siglos de cristianismo? ¿Por qué tantos cristianos buenos viven encerrados en su práctica religiosa con la sensación de no haber descubierto en ella ningún “tesoro”? ¿Dónde está la raíz última de esa falta de entusiasmo y alegría en no pocos ámbitos de nuestra Iglesia, incapaz de atraer hacia el núcleo del Evangelio a tantos hombres y mujeres que se van alejando de ella, sin renunciar por eso a Dios ni a Jesús?
Después del Concilio, Pablo VI hizo esta afirmación rotunda: “Solo el reino de Dios es absoluto. Todo lo demás es relativo”. Años más tarde, Juan Pablo II lo reafirmó diciendo: “La Iglesia no es ella su propio fin, pues está orientada al reino de Dios del cual es germen, signo e instrumento”. El Papa Francisco nos viene repitiendo: “El proyecto de Jesús es instaurar el reino de Dios”.
Si ésta es la fe de la Iglesia, ¿por qué hay cristianos que ni siquiera han oído hablar de ese proyecto que Jesús llamaba “reino de Dios”? ¿Por qué no saben que la pasión que animó toda la vida de Jesús, la razón de ser y el objetivo de toda su actuación, fue anunciar y promover ese proyecto humanizador del Padre: buscar el reino de Dios y su justicia?
La Iglesia no puede renovarse desde su raíz si no descubre el “tesoro” del reino de Dios. No es lo mismo llamar a los cristianos a colaborar con Dios en su gran proyecto de hacer un mundo más humano, que vivir distraídos en prácticas y costumbres que nos hacen olvidar el verdadero núcleo del Evangelio.
El Papa Francisco nos está diciendo que “el reino de Dios nos reclama”. Este grito nos llega desde el corazón mismo del Evangelio. Lo hemos de escuchar. Seguramente, la decisión más importante que hemos de tomar hoy en la Iglesia y en nuestras comunidades cristianas es la de recuperar el proyecto del reino de Dios con alegría y entusiasmo.
El Día de los Abuelos se celebra hoy, 26 de julio, por ser la festividad de Santa Ana y San Joaquín, padres de la Virgen María y abuelos, por tanto de Jesucristo. Esta fecha se conmemora en muchos países de tradición católica de Latinoamérica, así como algunos de Europa, entre ellos España.
La oenegéMensajeros de la Paz celebra el Día de los Abuelos en esta fecha desde 1998. La organización destaca que, en los casos en que los padres no pueden cuidar de sus hijos, son los abuelos quienes asumen el papel de tutores. Esta circunstancia se ha visto acentuada estos últimos años debido a la crisis económica, que ha convertido a los abuelos no solo en cuidadores de sus nietos sino, incluso, en mantenedores de la economía familiar con sus pensiones.
Afirma Byung-Chul Han en uno de sus ensayos que la vida contemplativa presupone una particular pedagogía del mirar. En “El ocaso de los Dioses”, Nietzscheformula tres tareas por las que se requieren educadores: hay que aprender a mirar, a pensar y a hablary escribir. El objetivo de este aprender es, según Nietzsche, la «cultura superior».
Aprender a mirar significa «acostumbrar el ojo a mirar con calma y con paciencia, a dejar que las cosas se acerquen al ojo», es decir, educar el ojo para una profunda y contemplativa atención, para una mirada larga y pausada. Este aprender a mirar constituye la «primera enseñanza preliminar para la espiritualidad».
Según Nietzsche, uno tiene que aprender a «no responder inmediatamente a un impulso, sino a controlar los instintos que inhiben y ponen término a las cosas». La vileza y la infamia consisten en la «incapacidad de oponer resistencia a un impulso», de oponerle un No. Reaccionar inmediatamente y a cada impulso es, en sí ya una enfermedad, un declive, un síntoma del agotamiento. Aquí, no se habla de otra cosa que la necesidad de la revitalización de la “vita contemplativa”. Esta no consiste en un Abrir-Se pasivo, que diga Sí a todo lo que viene y a todo lo que sucede. Antes bien, opone resistencia a los impulsos atosigantes que se imponen.
En lugar de exponer la mirada a merced de los impulsos externos, la guía con soberanía. En cuanto acción que dice NO y es soberana, la vida contemplativa es más activa que cualquier hiperactividad, pues esta última representa precisamente un síntoma del agotamiento espiritual. Es una ilusión pensar que cuanto más activo uno se vuelva, más libre se es.
En una escuela italiana, una maestra propuso a los niños que escribieran una carta a Dios para preguntarle lo que quisieran. Estas son algunas de las preguntas que hacían los niños en esas cartas.
Querido Dios:¿La jirafa la querías hacer así? ¿o te salió mal?
Patricia.Querido Dios: Gracias por el hermanito, pero yo lo que había pedido era un perro.
Gianluca. Querido Dios: ¿El Padre Mario es amigo tuyo o sólo es un compañero del trabajo?
Antonio. Querido Dios: ¿Cómo es que hacías tantos milagros antiguamente y ahora ya no los haces?
Jacobo. Querido Dios: ¿Tu las cosas las sabes antes de que se inventen?
Daniela. Querido Dios: Cuando hiciste al primer hombre, ¿funcionaba bien como nosotros ahora?
Tomás. Querido Dios: Me gustaría saber cómo se llamaban el buey y la mula.
Valentina. Querido Dios: Si no llegas a extinguir a los dinosaurios no habríamos tenido sitio nosotros. Lo has hecho muy bien.
Mauricio. Querido Dios: Hemos estudiado que Tomás Edison descubrió la luz. Pero en la catequesis dicen que fuiste Tu. Yo creo que te robó la idea.
Daria. Querido Dios:¿Cómo es que no has inventado algún animal en los últimos tiempos? Tenemos los de siempre.
Laura. Querido Dios: No te preocupes por mí. Yo miro siempre a los dos lados antes de cruzar.
Marco. Querido Dios: Me gustaría que hicieras gente que no se rompa tanto. A mí ya me han puesto tres puntos y una inyección.
Sandra. Querido Dios: A lo mejor Caín y Abel no se mataban si hubieran tenido una habitación cada uno. Con mi hermano me llevo ahora muy bien.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13,24-43:
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?” Él les dijo: “Un enemigo lo ha hecho.” Los criados le preguntaron: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?” Pero él les respondió: “No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.”»
Les propuso esta otra parábola: «El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.» Les dijo otra parábola: «El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente.» Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré los secretos desde la fundación del mundo.» Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: «Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.» Él les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será el fin del tiempo: el Hijo del Hombre enviará sus ángeles y arrancarán de su reino a todos los corruptos y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su padre. El que tenga oídos, que oiga.»
Todos nuestros teléfonos móviles, tabletas, ordenadores, cámaras fotográficas y otros dispositivos tecnológicos contienen algunos elementos caros y escasos, pero fundamentales para su funcionamiento. Cuatro de ellos son los conocidos como minerales de sangre: el coltán, el estaño, el wolframio y el oro. El coltán almacena la electricidad en el móvil –sin él, por ejemplo, no sonaría–. El wolframio hace que pueda vibrar. Con el estaño se sueldan los circuitos. Con oro se cubren los cableados. La extracción de estos cuatro minerales, predominantes en la República Democrática del Congo, depende del control de grupos armados que nutren sus guerrillas con el dinero obtenido de la venta de los minerales, y matan y violan a la población que no quiere someterse a su explotación. Mientras, el Gobierno congoleño mira hacia otro lado.
En Europa renovamos cada año alrededor del 40 % de los teléfonos móviles. Solo en España, se tiran 18 millones anualmente, según cifras proporcionadas por la ONG Alboan. Y eso que la vida útil de un dispositivo es de diez años, pero el tiempo medio de utilización se sitúa entre el año y medio y los dos años. Esta renovación excesiva se debe a diferentes causas, como los cambios estéticos o la introducción continua de nuevas funcionalidades.
El continente africano no escapa a las consecuencias del último escalón de la masiva producción de tecnología. En Europa, señala Alboan, cada habitante produce unos 14 kilos de residuos electrónicos al año. A pesar de las prohibiciones de la Convención de Basilea, muchos de estos residuos son devueltos a países africanos, y acaban en grandes vertederos de basura tecnológica. Estos vertederos tienen graves consecuencias para la población, destruyendo su salud y su medioambiente. De http://www.serpersona.info/
Estrenada en 1824 y Patrimonio de la Humanidad desde 2001, la Novena representa el testamento de Beethoven. Su andadura, vinculada a grandes acontecimientos de los últimos siglos, refleja su importancia más allá del plano musical
El 7 de mayo de 1824, Viena vivía con expectación la que iba a ser la primera aparición pública de Ludwig van Beethoven en doce años. El motivo: el estreno en el Teatro Imperial de su Sinfonía n.º 9 en re menor, op. 125, hoy informalmente conocida como la Novena. Toda Viena sabía queBeethoven, considerado entonces el más grande de los compositores, estaba completamente sordo.
El público que abarrotaba la sala contempló con reverencia cómo se colocaba tras el director de orquesta y seguía el estreno en una copia de la partitura, imaginando en su mente lo que los demás escuchaban. Para él, aquello era posible porque, como explica el profesor de Filosofía y crítico musical Jacobo Zabalo, "la música es matemáticas, es inteligencia. Los músicos del nivel de Beethoven no necesitan oír los sonidos físicamente, los tienen en la cabeza”.
Al finalizar el concierto estallaron los aplausos de un público conmocionado por lo que había visto y escuchado. La Novena era extraordinaria, no solo por su duración y magnitud instrumental, sino porque incorporaba un nuevo elemento: en el último movimiento intervenían cuatro solistas y un coro, que interpretaban el poema Oda a la Alegría, de Friedrich Schiller. Beethoven seguía enfrascado en su partitura cuando la ovación empezó y no reparó en ella, ni en los pañuelos que se agitaban en el aire, hasta que una de las solistas le alertó, tocándole suavemente el brazo. Solo entonces se inclinó y saludó a sus admiradores por última vez.
La Novena continuó utilizándose pródigamente durante la segunda mitad del siglo XX. En 1974, la sección de la oda sirvió de base para el himno nacional de Rodesia. A los responsables del nuevo estado, defensor del apartheid, no parecía incomodarles que, dos años antes, hubiese sidoadoptada por el Consejo de Europa como himno europeo. Ni que después de la Segunda Guerra Mundial hubiese sido propuesta por Naciones Unidas como himno mundial. Esto no se consiguió, pero, desde 1985, la adaptación de Von Karajan es 0el himno oficial de la Unión Europea.
La pieza es también indispensable en grandes acontecimientos: no solo en conciertos de Año Nuevo en países como Japón, sino también en casi todas las ceremonias de apertura de los Juegos Olímpicos. En los de 1956 y 1964 sonó como himno común para los equipos de las dos repúblicas alemanas.
Pero quizá el acontecimiento histórico más importante en la trayectoria de la Novena fue su interpretación en Berlín en la Navidad de 1989, pocas semanas después de la caída del muro. El concierto, dirigido por Leonard Bernstein, reunió a una orquesta con músicos de las dos Alemanias. Bernstein no pudo contener la emoción cuando el coro entonó la oda final, en la que la palabra Freude (“alegría”) se había sustituido por Freiheit (“libertad”). “Beethoven habría dado su bendición”, concluyó el director estadounidense.
Una interpretación emocionante de la composición poética de santo Tomás de Aquino.
Uno de los más grandes tenores de todos los tiempos y una de las estrellas planetarias del rock y el pop unieron sus voces para entonar uno de los himnos más poéticos a Jesús presente en la Eucaristía.
Y el resultado fue sorprendente. Por un lado, Luciano Pavarotti; por otro Sting. Sus palabras fueron compuestas en el siglo XIII por santo Tomás de Aquino.
La inolvidable interpretación tuvo lugar en el primero de los conciertos “Pavarotti & Friends”, celebrado en la cuna del tenor, Modena (Italia), en 1992.
“El pan de los ángeles” (“Panis Angelicus”) expresa la sorpresa del creyente “siervo, pobre y humilde” que en la Eucaristía come a su mismo Señor. “Llévanos adónde aspiramos: la luz en que tú habitas”, rezaron con las palabras latinas Pavarotti y Sting.
Pavarotti falleció en el año 2007, pero todavía hoy nos sigue emocionando ante la grandeza de la Eucaristía en este vídeo.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13,1-23:
Salió el sembrador a sembrar...por todo el mundo
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.»
Palabra del Señor
Evangelio Comentado por: José Antonio Pagola Mt 13,1-23
SEMBRAR
Al terminar el relato de la parábola del sembrador, Jesús hace esta llamada: “El que tenga oídos para oír que oiga”. Se nos pide que prestemos mucha atención a la parábola. Pero, ¿en qué hemos de reflexionar? ¿En el sembrador? ¿En la semilla? ¿En los diferentes terrenos?
Tradicionalmente, los cristianos nos hemos fijado casi exclusivamente en los terrenos en que cae la semilla, para revisar cuál es nuestra actitud al escuchar el Evangelio. Sin embargo es importante prestar también atención al sembrador y a su modo de sembrar.
Es lo primero que dice el relato:“Salió el sembrador a sembrar”. Lo hace con una confianza sorprendente. Siembra de manera abundante. La semilla cae y cae por todas partes, incluso donde parece difícil que pueda germinar. Así lo hacían los campesinos de Galilea, que sembraban incluso al borde de los caminos y en terrenos pedregosos.
A la gente no le es difícil identificar al sembrador. Así siembra Jesús su mensaje. Lo ven salir todas las mañanas a anunciar la Buena Noticia de Dios. Siembra su Palabra entre la gente sencilla, que lo acoge, y también entre los escribas y fariseos, que lo rechazan. Nunca se desalienta. Su siembra no será estéril.
Desbordados por una fuerte crisis religiosa, podemos pensar que el Evangelio ha perdido su fuerza original y que el mensaje de Jesús ya no tiene garra para atraer la atención del hombre o la mujer de hoy. Ciertamente, no es el momento de “cosechar” éxitos llamativos, sino de aprender a sembrar sin desalentarnos, con más humildad y verdad.
No es el Evangelio el que ha perdido fuerza humanizadora; somos nosotros los que lo estamos anunciando con una fe débil y vacilante. No es Jesús el que ha perdido poder de atracción. Somos nosotros los que lo desvirtuamos con nuestras incoherencias y contradicciones.
El Papa Francisco dice que, cuando un cristiano no vive una adhesión fuerte a Jesús, “pronto pierde el entusiasmo y deja de estar seguro de lo que transmite, le falta fuerza y pasión. Y una persona que no está convencida, entusiasmada, segura, enamorada, no convence a nadie”.
Evangelizar no es propagar una doctrina, sino hacer presente en medio de la sociedad y en el corazón de las personas la fuerza humanizadora y salvadora de Jesús. Y esto no se puede hacer de cualquier manera. Lo más decisivo no es el número de predicadores, catequistas y enseñantes de religión, sino la calidad evangélica que podamos irradiar los cristianos. ¿Qué contagiamos? ¿Indiferencia o fe convencida? ¿Mediocridad o pasión por una vida más humana?
"Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado" (Lc 24, 29).
Quédate con nosotros, Señor, acompáñanos aunque no siempre hayamos sabido reconocerte. Quédate con nosotros, porque en torno a nosotros se van haciendo más densas las sombras, y tú eres la Luz; en nuestros corazones se insinúa la desesperanza, y tú los haces arder con la certeza de la Pascua. Estamos cansados del camino, pero tú nos confortas en la fracción del pan para anunciar a nuestros hermanos que en verdad tú has resucitado y que nos has dado la misión de ser testigos de tu resurrección.
Quédate con nosotros, Señor, cuando en torno a nuestra fe católica surgen las nieblas de la duda, del cansancio o de la dificultad: tú, que eres la Verdad misma como revelador del Padre, ilumina nuestras mentes con tu Palabra; ayúdanos a sentir la belleza de creer en ti.
Quédate en nuestras familias, ilumínalas en sus dudas, sostenlas en sus dificultades, consuélalas en sus sufrimientos y en la fatiga de cada día, cuando en torno a ellas se acumulan sombras que amenazan su unidad y su naturaleza. Tú que eres la Vida, quédate en nuestros hogares, para que sigan siendo nidos donde nazca la vida humana abundante y generosamente, donde se acoja, se ame, se respete la vida desde su concepción hasta su término natural.
Quédate, Señor, con aquellos que en nuestras sociedades son más vulnerables; quédate con los pobres y humildes, con los indígenas y afroamericanos, que no siempre han encontrado espacios y apoyo para expresar la riqueza de su cultura y la sabiduría de su identidad.
Quédate, Señor, con nuestros niños y con nuestros jóvenes, que son la esperanza y la riqueza de nuestro continente, protégelos de tantas insidias que atentan contra su inocencia y contra sus legítimas esperanzas. ¡Oh buen Pastor, quédate con nuestros ancianos y con nuestros enfermos! ¡Fortalece a todos en su fe para que sean tus discípulos y misioneros!